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Mestre Camisa    presidente del grupo Abadá-Capoeira                          

José Tadeo Carneiro Cardoso nació el día 28 de octubre de 1955 en Jacobina, estado de Bahía, hijo de padre boiadeiro y madre ama de casa, en una familia de 9 hermanos y un primo “que fue criado junto con ellos”, cinco chicas y cinco chicos. Los pasatiempos favoritos de éstos era montar a caballo y jugar capoeira, imitando las historias de los héroes capoeiristas del estado Bahiano que, solitos, acababan con 2, 3 o 10 hombres.


                                                                      

 

En 1963, su hermano mayor, Camisa Roxa, comenzó a enseñar a los hermanos las lecciones que aprendía en la academia de Mestre Bimba en Salvador, a donde se había mudado con el fin de terminar sus estudios. Las aulas atraían a toda la juventud de la zona, hermanos, primos y hasta vaqueros que también se sentían identificados con la capoeira. Entrenaban en el terreno de labranza, en el gramado, en el curral, en los barrancos de los ríos y dentro del agua.

 

La muerte de su padre, en 1964, precipitó la mudanza de la familia a Salvador. La adaptación no fue nada sencilla para un chico acostumbrado a la libertad del campo. Era la primera vez que el pequeño Tadeo entraba en un apartamento, conocía las diferentes costumbres de la “gran ciudad”, tenía que seguir los estrictos horarios escolares y hacer los deberes para casa. Todo fue un gran choque, hasta que descubrió las rodas de capoeira de los mestres Waldemar y Traira, en el mismo barrio donde el vivía, la libertad. Camisa empezó a jugar capoeira de calle, lo que le ayudó a adquirir experiencia en la maldad del juego. Fue en el campo de futbol “da Usina”, en el patio del colegio Pirajá, donde el descubrió su vocación para enseñar, formó un grupito y comenzó a enseñar a los chicos del barrio.

 

En esta misma época, su hermano Camisa Roxa recomendó a su madre que lo matriculase de una vez en la academia del Mestre Bimba, pues el chico perdía clases, iba de madrugada a las fiestas de las calles de Bahía y andaba en todo tipo de ambientes. Donde hubiese capoeira, allí estaba él jugando. Se acordó lo siguiente: él sólo podría matricularse en la academia de Mestre Bimba si él accedía a ir regularmente al colegio. ¡Y lo hizo!, pero en los fines de semana él seguía entrenando con los chicos del barrio, principalmente para exhibirse en las rodas de “Festa de Reis”, tradicional en el barrio de Lapinha.

 

Jugar capoeira para los niños de bahía es como jugar al fútbol, “bola de gude”, “soltar pipa” o “piao”, todos pueden hacerlo. A pesar de ya estar iniciado cuando llegó a la academia de Bimba, Camisa siguió el ritual de los nuevos alumnos: el Mestre tomó sus manos para enseñarle a Gingar. Gingó con él y después de algunas pruebas, como “agachado”, “queda di rins” o “passada de pés”, pidió que un graduado le mostrase la secuencia al nuevo alumno. Como ya la había aprendido con Camisa Roxa, Camisa también hizo la secuencia correctamente y a partir de ahí su desarrollo fue bastante rápido. El mismo mes fue bautizado por el graduado Calando, manteniendo toda la tradición de la capoeira.

 

La identificación y placer que Camisa sentía por la capoeira se traducían en su gran especialización técnica. El hecho de ser hermano de Camisa Roxa lo incentivaba aún más para mejorar día a día. Camisa nunca faltó a clase de Mestre Bimba. Sólo se ausentó una vez, cuando tuvo que acompañar a su madre que se encontraba en mal estado.

 

Su evolución en la academia fue rápida y se graduó con 14 años, en 1969. Sus compañeros de graduación fueron Macarrao, Onça Negra y Torpedo. La hermana Noemilde fue su madrina. Hubo una fiesta en Amaralina que incluyó las tradicionales historias de Mestre Bimba, los rituales, las pruebas de fuego, los juegos de benguela, juegos con capoeiristas de prestigio, antiguos graduados y samba de roda hasta el amanecer.

 

Paralelamente al entrenamiento en la academia del mestre Bimba, Camisa también participaba en Shows de cultura brasileña que en aquella época eran famosos en Bahía. Habia presentaciones, samba de Roda, candomblé, maculelé y capoeira. Los shows eran como compañías teatrales, con cerca de 50 personas, artistas, bailarines y capoeiristas, que se presentaban en compañías de shows en teatros, clubes, programas de televisión en todo Brasil y también en el exterior. Camisa participó en los grupos “Viva Bahía”, “Ogundelé”, y “Olodum Maré”, este último dirigido por su hermano Camisa Roxa.

 

Los más renombrados capoeiristas de la época eran Lua Rasta, Cobrinha do Pastinha, Mantel Pé de Bode, Joao Grande, Mistura Fina, Lucídio, Pamponé, Sérgio Tatá, etc. Uno de los recuerdos que marcó a Camisa fue el show “Herencias de Angola”, en el teatro Vila Velha, en Salvador, cuando fue escogido por Joao Grande para abrir el espectáculo, haciendo un juego de Angola con él.

 

En 1972, con 16 años, después de una ruta por Brasil con el espectáculo “Furacoes da Bahía”, la compañía Olodum Maré llegó a Rio de Janeiro para una temporada de seis meses. Hicieron presentaciones en Canecao, Teatro Opinión y Teatro Municipal de Niteroi, al mismo tiempo en que ensayaban un nuevo espectáculo para una gira europea.

En los momentos de descanso de los espectáculos y ensayos, Camisa utilizaba el tiempo para conocer la capoeira de Río de Janeiro, junto con otros capoeiristas del grupo como Gatinho, Fernandinho, Lustroso, Flecha Sarigue y Roberto. La primera Roda que conoció fue el grupo Senzala, los sábados, de los que tenía conocimiento por el grupo de Bahía. Allí frecuentó todas las rodas de capoeira, conoció a sus Mestres y fue visitando los distintos grupos. Llegó el momento de viajar a Europa y, como había sido acordado, fue el momento de Camisa de volver a Salvador, para retomar su vida en la capital de Bahía para finalizar sus estudios. Camisa Roxa dejó pagado todo lo necesario para su vuelta, billete y un par de días de dietas. Pero el ya se había decidido a quedarse en Río de Janeiro, se había identificado con la gente, con la s playas, con el clima, la samba… todo. Pero la parte más importante de su decisión fue que Mestre Bimba se mudaba a Goiás, además de que su hermano e ídolo se iba a Europa. Rompió el billete y después de un par de días tuvo que empezar a vivir en la calle. Avergonzado de tener que pedir ayuda a sus conocidos, simuló que se iba de viaje y durmió dos noches en la carretera. Entonces se acordó de Arthur, un tipo del noreste al que había conocido en Laranjeiras. Le contó toda su historia y éste le dejó dormir de forma clandestina en el suelo de su pequeño cuarto. Llegaba tarda por la noche y tenía que salir antes del amanecer, pues no era permitido otro huésped en el mismo cuarto. Fueron días difíciles, pero Camisa seguía en frente, firme en su objetivo de trabajar con la capoeira en Río de Janeiro.

 

En frente del corazón de la casa de hospedaje, en la calle Cardoso Júnior, había una academia de judo Nissei. Los propietarios eran los profesores Heraldo y Maranhao, un gran tocador de berimbau que había participado en un espectáculo de Camisa Roxa. El joven Camisa fue hasta allí, le contó de nuevo su historia y le pidió que le dejase dar clase y dormir en la academia. Maranhao aceptó la idea y puso un cartel en la puerta: “Aulas de Capoeira”. El primer alumno en matricularse fue un argentino que había asistido a un espectáculo de Bahía, en el Río Grande del Sur, y casualmente vivía en la misma calle de la academia. El pago era 50% para la academia y 50% para camisa. El dinero de la primera mensualidad fue directo para el portugués de “boteco” (un pub barato de enfrente), Seu Zé, para pagar los almuerzos. Ahora que ya tenía donde comer y dormir, podía retomar su rutina de entrenamientos.

 

Accidentalmente acabó entrando en el grupo Senzala. Camisa continuó frecuentando las rodas de los sábados y ahora también llevaba a sus alumnos a jugar. Un día tuvo un juego demasiado duro y una discusión donde un capoeirista decía que él no pertenecía al grupo Senzala y estaba “tirando onda”. Un integrante del grupo lo defendió, diciendo que venía de Bahía, que era pupilo de Mestre Bimba y hermano de Camisa Roxa, a quienes debían algo, por los conocimientos y entrenos que les habían ofrecido, y por presentarles a los viejos Mestres de Bahía. Tras ese momento, Claudio, Danadinho, Borracha, Preguica y otros, integraon a Camisa en el grupo Senzala. Fue así que, con 18 años, Camisa comenzó a usar la cuerda roja de profesor. En aquella época en bahía no se usaba cuerda y en la academia de Mestre Bimba no había graduación, los capoeiristas apenas usaban una pequeña cuerda para atar el pantalón o la cuerda de San Francisco.

 

Estuvo 13 años con Senzala. Después de su entrada en el grupo, Gato cedió a Camisa sus horarios de entrenamiento y comenzó a dar clase en la asociación. Camisa llegó a ser importante en la organización del grupo, siendo incluso el responsable de la roda de los sábados durante muchos años. En 1977 graduó a sus primeros cuerdas rojas en el club Guanaraba: Claudio Moreno, Arara y Mula. En aquella época eran todos profesores, ninguno era Mestre, ni siquiera Camisa. El trabajo fue creciendo, Camisa desarrolló su propia forma de aprendizaje y se convirtió en una referencia en la capoeira brasileña.

 

Paralelamente a las clases, continuaban las invitaciones para espectáculos, piezas de teatro, exhibiciones y hasta una película, la “Cuerda de Oro”, dirigida por Antonio Carlos Fontoura. Camisa interpretaba, pintado de negro, a Ogum, que batizaba al personaje principal, Nestro Capoeira. Para la preparación pasó una temporada con Nestor en el Camping de Recreo, entrenando para la película. En 1982, para la inauguración del Circo Volador, en Ipanema, montó junto con sus alumnos, os actores Chico Dias y Claudio Balthar, el espectáculo “Cantos y Danzas de la Tierra”, con varias manifestaciones culturales y la capoeira como plato principal.

 

Las primeras invitaciones para el exterior fueron de Camisa Roxa. Viajaba para participar en las temporadas de espectáculo de su hermano en Europa. La capoeira ejercía una atracción enorme en los extranjeros, que siempre querían aprender y ver un poco más. Llegó a realizar cursos en los propios teatros en los que se presentaban, y llegaba a quedarse una semana, 15 días o un mes dando clases. Los primeros interesados fueron en Alemania y Francia. En el inicio Camisa no tenía alumnos graduados dispuestos a trabajar en el exterior, pero con el tiempo fue preparando profesores para enseñar capoeira en Europa. Muchos también iban para los espectáculos y se quedaban a vivir después de la temporada.

 

Movido por la necesidad de una reflexión sobre el movimiento de Capoeira en Brasil, Camisa aprovechó el espacio democrático del Circo Volador, ya instalado en Lapa, para realizar, en 1984, el primer encuentro nacional de Arte Capoeira. El encuentro reunió todos los segmentos de la capoeira, y contó con la presencia de los grandes mestres de Bahía, así como de capoeiras de Brasil interior. Durante una semana, ellos participaban con distintas lecciones, experiencias y jugaban capoeira hasta el amanecer. En la mitad de la década de los 80, Mestre Camisa ya era una referencia en la capoeira brasileña e internacional. Además de ser conocido por su exquisita técnica, también fue conocido como desarrollador de una metodología y forma moderna de enseñar capoeira. Una de sus mayores preocupaciones fue la profesionalización  de la capoeira, para lo que necesitaba que la capoeira obtuviese respeto y ocupase una plaza de importancia que se merecía dentro de la cultura brasileña.

 

En 1986, Mestre Camisa se desligó del grupo Senzala y montó el grupo “Capoeirarte”, pero después de dos años sitió la necesidad  de una institución que congregase más a los capoeiristas, que tuviese un significado mayor y los apoyase en sus dificultades de alojamiento, alimentación, distancia a sus familias, y todos los problemas que él había tenido a su llegada a Río. Que fuese más que un grupo, que fuese una verdadera escuela de capoeira. Así surgió, en 1988, Abadá Capoeira: Asociación Brasileña de Ayuda y Desarrollo al Arte Capoeira, con el objetivo de apoyar la formación de capoeiristas profesionales.

 

La fundación de Abadá Capoeira posibilitó a Mestre Camisa dar mayor énfasis al lado social, no sólo ofreciendo un apoyo más global para los propios alumnos, sino también lanzando campañas sociales que auxilian a los segmentos menos favorecidos de la sociedad. Actualmente Abadá Capoeira es una de las mayores divulgadoras de la cultura brasileña dentro y fuera de Brasil. Cuenta con cerca de 500 profesores, está presente en todos los estados brasileños y tiene una representación efectiva en 35 países, con un total de asociados que superan los 30000.


Tomado de www.abadacapoeira.com.es (textos traducidos de la página oficial Abadá Capoeira)
www.opcionvivienda.com.co 
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